El resplandor amarillo y penetrante
cuece la piel mientras mi ser se impacienta
se deshace en el resplandor de vida
que provoca una tarde silenciosa, pesada.
La cocina fría como un refugio diario
los olores penetran dejando su sello
como la peculiar luz que se cuela a veces
la avena y los limones existen por un tiempo
como un regalo de lo cotidiano, todo existe y desaparece.
La tarde es sombra
y el ocaso aumenta mi pesar
la lluvia es sueño que cae
luz de atardecer podrido
que cabe en el bolsillo oscuro
de una puta, amistad.
Alegría negra que cubre mi rostro,
sinceridad ciega que nubla honestidad
pero la monotonía descubre otro día
y ahora trae consigo la alborada
esperanza, fé, de andar.
sinceridad ciega que nubla honestidad
pero la monotonía descubre otro día
y ahora trae consigo la alborada
esperanza, fé, de andar.
El vacío de noche
se abre ante la nostalgia del sueño.
Los ruidos del mar
consuelan al hombre.
La luna como leche
ilumina y da vida
a los sentidos.
se abre ante la nostalgia del sueño.
Los ruidos del mar
consuelan al hombre.
La luna como leche
ilumina y da vida
a los sentidos.
Agua que corre lejana
llena un vacío airoso
en la soledad constante del mundo
la pobreza del alma
crea un frío
sin darnos cuenta
caen, como torrente sanguíneo
Nuestros actos en la tierra.
llena un vacío airoso
en la soledad constante del mundo
la pobreza del alma
crea un frío
sin darnos cuenta
caen, como torrente sanguíneo
Nuestros actos en la tierra.
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